La importancia de la progesterona en el embarazo

Publicado el 20 octubre 2021|Última actualización el 15 junio 2022|Fertilidad.|

Para que un embarazo evolucione favorablemente, hay muchos factores que entran en acción y que juegan su papel. En los casos en los que se recurre a las técnicas de reproducción asistida, algunos de estos factores están más controlados, pero esto no asegura siempre el embarazo deseado

El primer paso que se pretende a través de estas técnicas es la fecundación y logro de embriones de buena calidad. En este proceso participa de forma crucial la calidad de los óvulos y los espermatozoides.

Una vez se ha conseguido la fecundación y se ha formado el embrión, evolucionado hasta el estado de blastocito (5 días de evolución), el siguiente paso para lograr el embarazo es la correcta implantación del embrión, y aquí aún hay variables que pueden influir de manera importante en la consecución del objetivo.

En este punto el endometrio tiene que estar idóneamente preparado y receptivo para que el embrión se pueda implantar, y es en este momento del proceso en el que la progesterona juga un papel importante.

¿Qué es la progesterona?

La progesterona, junto con los estrógenos, es una hormona fundamental en la esfera sexual de la mujer. Como todas las hormonas sexuales tienen una gran influencia en el desarrollo durante la pubertad femenina y guarda una estrecha relación con la capacidad reproductiva de la mujer. En este caso, es la encargada de facilitar la adaptación del endometrio para que esté preparado para recibir al embrión y que se implante.

Pero esta no es su única función durante el embarazo. También juega un papel importante en el resto de estructuras uterinas y del resto del cuerpo de la mujer gestante, facilitando la adaptación corporal a las necesidades del embrión y el feto. Facilita la relajación muscular oportuna para la correcta evolución en cada momento del embarazo.

Además de todo esto, también ayuda al proceso de regulación inmunológica, que permite la aceptación intrauterina del embrión y feto por parte de la madre. Este es otro de los cambios que experimenta el cuerpo de la gestante, que evita que se produzca un rechazo por parte del organismo hacia el embrión.

En reproducción asistida la intervención de la progesterona es aún más importante, como por ejemplo en los casos de la fecundación in vitro o, sobre todo, en los tratamientos que hay una donación de óvulos, de embriones o en los casos en los que se transfiera un embrión congelado. En estos casos hay que inhibir la función ovulatoria para evitar interferencias de la propia función ovárica en la preparación médica del endometrio, por lo que es importante administrar progesterona controladamente.

La administración de esta hormona se realiza habitualmente vía vaginal, por su comodidad, economía y eficacia. No obstante, en los casos en que la paciente presente una intolerancia vaginal u otra variable que pueda dificultar la absorción, se opta por la administración subcutánea.

¿Qué niveles de progesterona son los preestablecidos?

Los niveles de progesterona considerados normales van variando en función de la etapa de la vida en la que se encuentre la mujer. Se empieza a detectar la hormona en la etapa de la preadolescencia, momento en el que el cuerpo femenino experimenta más cambios debido a que pasa de ser una niña a una mujer. En esta etapa el índice de progesterona es de entre 0,07 y 0,52 ng/ml.

Cuando la mujer crece y es adulta los niveles suben ligeramente, hasta situarse en valores de entre 0,15 y 0,70 ng/ml. Después de la ovulación, momento que se conoce como fase lútea, los valores ascienden considerablemente ya que se forma el cuerpo lúteo, el responsable de la creación de la progesterona en este momento (en los casos que se produzca un embarazo la placenta asume esta función a partir del segundo trimestre).  En esta fase los valores se mueven entre 2 y 25 ng/ml.

Si se consigue el embarazo los valores siguen aumentando de manera progresiva. En el primer trimestre los índices se sitúan entre 7,25 y 44 ng/ml, en el segundo trimestre entre 19,5 y 82,5 ng/ml y en el tercer trimestre se pueden obtener los valores más elevados, entre 65 y 229 ng/ml.

Todos estos valores se estabilizan de nuevo una vez finalizado el período del embarazo, hasta llegar a la edad de la menopausia, que se sitúa por debajo de los 0,4 ng/ml.

¿Qué puede provocar una alteración de los valores?

Los valores comentados son los que se consideran normales, los niveles que podríamos calificar de estándar. No obstante, cada cuerpo funciona diferente, por lo que en los casos en los que se perciba alguna variación lo mejor es consultar con el especialista. Los valores de progesterona se pueden obtener de manera rápida y fiable con un análisis de sangre.

Normalmente, cuando los índices son más altos de los esperado se debe al calendario, como consecuencia de estar en los días posteriores de la ovulación, o bien a causa de un embarazo. En los casos en los que estas dos posibilidades se descarten, también puede ser debido a un quiste en los ovarios o una hiperplasia suprarrenal, aunque no es habitual, o bien debido a una medicación.

En los casos en los que los niveles sean menores que lo establecido, puede ser causado por un problema de ovulación, por un embarazo ectópico o un aborto. Corregir los niveles no es complicado, se puede conseguir subir los niveles con mediación fácilmente.

Una alteración de los niveles de progesterona puede provocar períodos menstruales irregulares, retención de líquidos, cambios de humor o dolores de cabeza antes de la menstruación entre otros. En cualquier caso, la visita al especialista siempre será la mejor opción para resolver todas las dudas que surjan y poder dictaminar la causa que provoca la alteración.

El papel de la progesterona es muy importante en un proceso de embarazo. Como importante hormona sexual femenina, es determinante en la implantación del embrión en el endometrio, pero también posibilita cambios en el útero necesarios para que el proceso de embarazo prospere con éxito. Los niveles de esta hormona se disparan después de la ovulación, y continúan aumentando en caso de que se consiga un embarazo.

En los casos en los que se busque el embarazo con un tratamiento de reproducción asistida es importante tener los valores suficientemente elevados para evitar problemas en la implantación del embrión sobre el endometrio. Su administración vaginal es habitualmente fácil y directa y, de esta manera, se facilita la absorción.

Como siempre, si se percibe alguna alteración o surge alguna duda relacionada con los niveles de progesterona, hay que visitar a un especialista para que determine la causa y pueda ofrecer una orientación sobre como actuar.

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