La FSH es una hormona fundamental en la reproducción humana, tanto en hombres como en mujeres, que se produce en la glándula pituitaria, situada en la base del cráneo. En el caso de los hombres esta hormona ayuda en la producción de los espermatozoides, mientras que en el caso de la mujer participa en la producción de estrógenos y determina la maduración de los ovocitos en la fase inicial del ciclo menstrual.
Cuando se inicia el ciclo menstrual los niveles de FSH aumentan, propiciando la activación de los folículos que contienen óvulos aún inmaduros, llevándolos hacia un estado de madurez. Durante este proceso los folículos en maduración liberan estradiol, el cual a su vez induce una disminución de la FSH (autocontrol negativo, sobre la glándula pituitaria). Los folículos con mayores recursos crecerán con menores niveles de FSH (proceso de selección por competitividad), llevando a que seleccione un único folículo dominante que contiene el óvulo que será liberado a la trompa de Falopio (conocido como folículo de Graaf). Este proceso durará un par de semanas aproximadamente. Finalmente, en la fase ovulatoria, los niveles repuntan de nuevo.
Si nos fijamos en las cifras concretas, antes de la ovulación los valores en sangre de FSH se mueven entre un 3,8 y un 8,8 mUI/mL, después de la ovulación baja y se sitúa entre un 1,8 y un 5,1 mUI/mL y en el ecuador del ciclo menstrual alcanza su valor más alto, situándose entre un 4,5 y 22,5 mUI/mL. Cuando la mujer llega a la menopausia aún sube más, entre los 16,74 y 113,59 mUI/mL.
En los casos de los hombres, los valores que se conocen como estables oscilan entre el 1,27 y el 19,26 mUI/mL.
¿Qué nos indica el nivel de la hormona FSH?
Los niveles de FSH en las mujeres pueden ofrecernos información muy valiosa sobre la salud reproductiva de la mujer, teniendo siempre en cuenta la fase del ciclo en que se ha realizado la determinación analítica. Puede permitir al equipo médico diagnosticar irregularidades menstruales o problemas de ovulación, fertilidad u otros inconvenientes ginecológicos.
En el caso en el que los resultados muestren unos niveles más altos de lo normal la afectación muy probablemente se encuentre en los ovarios. Puede ser debido a una insuficiencia ovárica prematura (antes de los 40), a un síndrome de ovario poliquístico, a un tumor en los ovarios, un inicio de menopausia o premenopausia o bien a un síndrome de Turner, una enfermedad genética que muy a menudo causa infertilidad.
En cambio, si los niveles son inferiores de lo esperado, puede ser simplemente a un bajo peso, problemas con la glándula pituitaria o bien que los ovarios no pueden producir suficientes óvulos, lo que también conllevaría problemas de fertilidad.
En el caso que la alteración de niveles de FSH se localice en el hombre, puede ser causado por un problema en los testículos, ya sea a causa de un tratamiento con quimioterapia, una exposición a radiación, una infección o un abuso del consumo de alcohol. En un último caso, esta alteración también puede ser causada por el síndrome de Klinefelter, una enfermedad genética que afecta al desarrollo sexual masculino y, que ocasiona infertilidad masculina.
Si por lo contrario los niveles de FSH son bajos, nos indicará que la alteración se centrará en la glándula pituitaria o en el hipotálamo (también situado en el cerebro).
¿En qué consiste la prueba de niveles de la hormona FSH?
La prueba para controlar los niveles de FSH es sencilla y rutinaria. Los niveles de la hormona se miden con un simple análisis de sangre venosa extraída entre el 3º y 5º día del ciclo habitualmente, una prueba rutinaria que no tiene que causar más molestia que el pinchazo inicial. Con el análisis del contenido extraído como muestra se pueden evaluar los niveles en sangre y valorar parte del estado de salud reproductivo de cada paciente.
Los especialistas recurren a esta prueba como una opción para averiguar la causa de la infertilidad que afecta a una pareja o mujer sola. Se puede comprobar el buen funcionamiento de los ovarios o descubrir, en el caso del hombre, la causa de tener un bajo recuento espermático o si existe un problema en los testículos.
En el caso de la mujer también puede servir para descifrar los motivos por los que se puede tener un período menstrual irregular o para detectar el inicio de la menopausia o premenopausia.
La hormona FSH y la reproducción asistida
Cuando una mujer o una pareja inician un proceso para someterse a un tratamiento de reproducción asistida saben que la medicación es una pieza clave para la buena evolución del tratamiento. Entre estos medicamentos la hormona FSH está como componente activo de manera habitual. Es muy importante en el proceso de estimulación ovárica, pues es el objetivo inicial de la medicación.
La FSH propicia el desarrollo de múltiples folículos, lo que permite poder contar con varios óvulos maduros que posteriormente podrán ser fecundados y, en consecuencia, aumentarán las posibilidades de embarazo.
Es muy importante que, cuando la paciente se encuentra en esta fase del tratamiento, siga al pie de la letra las indicaciones del equipo médico y realice todos los controles agendados con el especialista. En estos controles se analiza la evolución de los óvulos y, en caso de ser necesario, se regula la medicación para controlar el progreso. Es importante porque, en caso de no hacerlo, aumenta el riesgo de sufrir una hiperestimulación ovárica.
En los programas de inseminación artificial, esta estimulación ovárica también aumenta el riesgo de tener un embarazo múltiple, si genera el crecimiento de más de un folículo ovulatorio. En el caso de la fecundación in vitro es más fácil de evitar un embarazo gemelar con la transferencia controlada de un solo embrión.
La hormona FSH es una de las más determinantes en el proceso de embarazo, hasta el punto de estar bien presente en la medicación que se administran las pacientes que se someten a un tratamiento de reproducción asistida. Es por eso que una de las primeras pruebas que realiza el equipo médico es un análisis de sangre para poder valorar los índices de la hormona.
En los hombres los valores son muy estables, pero en el caso de las mujeres varían mucho en función del momento en el que se realiza el análisis. Entre el tercer i quinto día de la menstruación es el momento más indicado para poder extraer conclusiones relevantes para el análisis.
Con los resultados de los análisis el equipo médico puede sacar conclusiones de peso para entender cada caso y, así, poder decretar qué tratamiento es el más indicado para iniciar un tratamiento de reproducción asistida.