¿Qué es la infertilidad?

El diagnóstico de infertilidad en una pareja suele suponer un contratiempo en los planes de futuro que se habían marcado. Un caso de infertilidad significa que la pareja, de manera natural, ya sea por un factor en el hombre o la mujer, no se logre llevar a término un proceso de embarazo completo sin ayuda médica. Puede ser debido a que no se efectúe la fecundación del óvulo, o que una vez fecundado, quede interrumpido el proceso del embarazo por algún motivo antes del parto.

El médico especialista llega a esta conclusión tras realizar varias pruebas a ambos miembros de la pareja. Lo recomendado es acudir a un especialista tras un año de mantener relaciones sexuales continuas con ningún tipo de método anticonceptivo. En los casos en los que la mujer tenga más de 35 años se recomienda esperar sólo medio año, ya que a partir de esta edad la capacidad fértil de la mujer desciende a un ritmo acelerado y cada vez es más complicado conseguir un embarazo con óvulos propios.

¿Cómo se puede detectar un caso de infertilidad?

Como hemos comentado, el primer paso para poder diagnosticar la infertilidad de una pareja es que ambos miembros acudan al especialista. Llegado el momento, es importante que lo hagan los dos conjuntamente, primero para mostrarse apoyo mutuo y porque el equipo médico tendrá que realizar pruebas a los dos para intentar detectar donde está el problema. Pueden coexistir más de un problema como causa de una esterilidad (el 20% de las parejas estériles, sufren una causa mixta)

Si las dificultades provienen de un factor masculino, lo más habitual es que provenga de una alteración en la calidad o cantidad de espermatozoides que se encuentran en el eyaculado. Una alteración cromosómica en el espermatozoide puede conllevar problemas en la posterior evolución del embrión. Este problema se puede detectar de manera eficaz en el laboratorio con el análisis de una muestra de semen.

En los casos en los que la dificultad provenga de la mujer, el foco de atención médica se centra en los óvulos, el útero, un factor genético o un factor tubárico, así como también los niveles hormonales de la mujer. Este último factor, el hormonal, se puede intentarse corregir en muchas ocasiones con un tratamiento a través de fármacos, pudiendo corregir alteraciones en la capacidad de ovular.

¿Qué puede causar infertilidad en la mujer?

En el caso de que el problema provenga de la mujer, como ya hemos comentado, la edad es una variable muy clara en la capacidad de ser madre. A partir de los 35 la capacidad ovárica de la mujer desciende rápidamente y sin capacidad de recuperación, por lo que es muy importante tener en cuenta este factor.

Más allá de la edad, la mujer también puede tener (al igual que el hombre) problemas por cuestiones genéticas. Algunas enfermedades que afectan al ovario o al útero son hereditarias, como por ejemplo la endometriosis, por lo que los problemas para ser madre pueden venir predeterminadas por incidencia familiar. El origen de otros problemas funcionales ováricos, como el Síndrome de ovario poliquístico, parecen tener un fundamento hereditario.

Las trompas de Falopio son otro foco de atención en el estudio básico de fertilidad. Su función es importantísima para lograr la fecundación del óvulo en el inicio del proceso del embarazo. Cualquier anomalía anatómica en estas estructuras, como obstrucciones, pueden conllevar esterilidad.  Sobre el 20-30% de los problemas de esterilidad, tienen su origen en lesiones de las trompas de Falopio

¿Qué puede causar infertilidad en el hombre?

En el caso que el problema provenga del hombre, más allá de un problema de poca cantidad o calidad de los espermatozoides que ya hemos comentado antes, hay muchos otros factores que pueden influir en la fertilidad masculina. El factor genético, en este caso, también tiene su importancia. Hay varias enfermedades hereditarias que pueden afectar directamente a la capacidad fértil del hombre, como los síndromes de Klinefelter, de Kallmann o de Kartagener, la fibrosis quística o la fragmentación del ADN.

Hay otras enfermedades que también pueden provocar infertilidad en el hombre, como por ejemplo la diabetes, problemas asociados al varicocele (agrandamiento de las venas de la zona de los testículos), una insuficiencia hepática o renal grave, trastornos cardiovasculares o alteraciones relacionadas con las tiroides.

También hay algunos tratamientos médicos que pueden perjudicar irreversiblemente la calidad del semen. En estos casos, antes de iniciar el proceso, se suele recomendar al hombre que congele una muestra de semen para poder minimizar las consecuencias derivadas del tratamiento. Someterse a un proceso de quimioterapia es el tratamiento más común que puede tener efectos secundarios, pero también pueden tener estas consecuencias otros medicamentos no oncológicos. Entre las intervenciones médicas quirúrgicas que conllevan la imposibilidad de una gestación, encontramos la vasectomía. La finalidad de esta intervención es claramente anticonceptiva, pero si el varón desea nueva descendencia, que evidentemente conllevará problemas para ser padre pues su reversión no es una intervención sencilla.  No obstante, actualmente tenemos recursos para que se logre un embarazo con espermatozoides de varones  vasectomizados.

Además, en el caso del hombre, una alteración hormonal, factores ambientales o hábitos personales (como vivir situación de estrés, el tabaco, alcohol o consumir drogas) también pueden alterar su capacidad fértil.

¿Cómo afrontar un diagnóstico de infertilidad?

En el momento de recibir la noticia de un diagnóstico de infertilidad, es muy importante que ambos miembros de la pareja sientan que pueden contar con el otro. A partir de este momento se inicia un proceso muy personal en el que tendrán que aprender, paso a paso, cómo hacer frente a cada fase del proceso.

Además, como hemos dicho antes, el primer paso es que ambos se sometan a diferentes pruebas para poder dictaminar de dónde surge el problema de fertilidad, por lo que des del primer momento tendrán que ir de la mano para avanzar conjuntamente.

Recibir una noticia como esta,  a menudo es complicado de gestionar. Las preguntas se multiplican en el interior de cada persona, pero lo que hay que tener claro es que no hay que buscar culpables dentro de la pareja. Como hemos comentado más arriba, las causas suelen venir por factores difícilmente controlables por parte de la persona afectada, por lo que en lo único que hay que pensar es en buscar el camino para intentar eludir los inconvenientes que han surgido en el camino.

Hay casos en los que el apoyo psicológico de un especialista puede ayudar mucho a la pareja. Es por eso que en Fecunmed ofrecemos un servicio de apoyo psicológico con una especialista a nuestras pacientes des del momento en que inician el tratamiento. Más allá de mejorar la aceptación de la situación, este soporte también puede ayudar a la pareja a normalizar la situación en su entorno, otro valor importante para llevar lo mejor posible el proceso.

Para una pareja que inicia el proyecto de formar una familia, saber que no lo puede conseguir de manera natural supone un trastorno. Aún así, es una situación mucho más común de lo imaginable. Se estima que más de un 15% de la población mundial tiene algún problema de fertilidad, porcentaje que ha ido creciendo de manera continua en los últimos años.

Además, aunque se crea popularmente que la infertilidad es un problema principalmente de la mujer, entre las parejas con problemas de fertilidad se ha detectado que en un 35% de los casos se debe a un factor femenino, otro 35% se debe a un factor masculino y en el 30% de casos restante el problema se detecta en la mujer y el hombre. Es por eso que siempre se remarca la importancia de acudir al especialista de manera conjunta para realizar una evaluación de la salud reproductiva de ambos.

Así como hemos visto que las causas que provocan problemas de fertilidad pueden ser varias, también es cierto que, con los avances médicos de los últimos años, actualmente hay muchas opciones para intentar buscar el camino hacia la maternidad. Esta variedad permite al equipo médico ofrecer una opción muy personalizada para cada paciente. Realizar un estudio de cada caso en profundidad es muy importante para poder dictaminar el tratamiento más apropiado.

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