¿Qué hacer ante un fallo de implantación?

La última fase de un proceso de embarazo es el momento de la implantación del embrión en el endometrio, momento en el que se inicia la formación de la placenta. Si se consigue este paso las probabilidades de que el embarazo finalice con éxito son muy elevadas. Es por esto que el fallo de implantación es la causa más tardía que puede provocar la fallida de un intento de embarazo.

El proceso de implantación consta de cuatro fases que se prolongan durante tres o cuatro días. Se inicia a partir del quinto día de embarazo, momento en el que el embrión ha conseguido entrar en la fase de blastocisto y ha evolucionado suficiente para estar preparado para la implantación.

En los casos en los que el proceso de embarazo se vea interrumpido en este punto, problema que puede ser provocado por múltiples factores, el problema final acaba siendo el mismo, que el embrión no ha conseguido acceder al endometrio.

Síntomas ante un fallo de implantación

El fallo de implantación no tiene síntomas concretos. No hay ninguna reacción del cuerpo de la mujer que nos permita detectar con seguridad que se ha producido un fallo de implantación, más allá de la no consecución del embarazo. Esto hace que sea imprevisible y que no se detecte hasta que se ha producido el fallo y ya no hay nada que hacer.

Cuando se produce el fallo puede ser que la mujer perciba sensaciones que recuerden las habituales durante los días previos al inicio del ciclo menstrual. Puede notar molestias y es posible que la ropa quede manchada de color oscuro (marrón o rojo). Las molestias se pueden concentrar en la zona del pecho, que también puede hincharse un poco, tener mareos o angustia o también tener más necesidad de ir al baño.

No obstante, estos síntomas pueden ser cuestiones sin importancia, por lo que no hay que pensar que estos inconvenientes pueden significar esto.

Fallo de implantación recurrente

Cuando el equipo médico se encuentra con un caso de fallo de implantación busca la mejor opción para intentar minimizar sus efectos. Con la fecundación in vitro es una gran opción es realizar la transferencia del embrión en estadio de blastocisto, con cinco días de evolución. Con el embrión más formado hay más opciones de conseguir una buena implantación, ya que se pueden descartar los embriones que presenten alguna característica contraproducente para conseguirla. Aplicar la técnica del Diagnóstico Genético Preimplantacional es otra alternativa para detectar estas alteraciones.

Aún así, hay casos en los que los fallos de implantación persisten y se repiten. Es importante no desanimarse ni tirar la toalla, ya que existen más opciones. En estos casos, los especialistas se decantan por un tratamiento en el que se cuente con una donación. En los casos en los que el problema detectado provenga de un factor femenino la donación sería de óvulos, y en los casos en lo que la dificultad se origine en un factor masculino, se optaría por una donación de semen.

Consejos para sobrellevar un fallo de implantación

Ante cualquier problema de fertilidad, lo más importante es afrontarlo con tranquilidad y sin autoimponerse ninguna presión añadida, y un caso en el que se sufra un fallo de implantación no es una excepción.

Es importante poder contar con el apoyo de la pareja, en caso de tenerla, o bien de amigos o familiares. Afrontar una situación como esta sola no es aconsejable, por lo que aunque puede ser incómodo, es importante poder tener a alguien cerca con el o la que hablar de la situación y de las preocupaciones que se puedan tener en cada momento

También es importante tener presente que hay psicólogos especialistas en reproducción asistida que pueden ser de gran ayuda para una mujer sola o una pareja en momentos como estos. Ellos pueden orientar a la paciente y ofrecer soluciones para poder afrontar la situación. En Fecunmed somos conscientes del impacto emocional que supone iniciar un proceso de este estilo, por lo que ofrecemos a nuestras pacientes el servicio de apoyo psicológico desde el primer y hasta que se finalice el proceso.

El fallo de implantación se produce cuando el embrión no se implanta correctamente en el endometrio, momento en el que el proceso de embarazo queda interrumpido y es imposible que progrese hasta el parto. En este proceso tanto el embrión como el endometrio juegan un papel muy importante.

El endometrio tiene que estar receptivo a la llegada del embrión, y esto se consigue en un estado hormonal concreto. En los casos en los que el embarazo se busque a través de un tratamiento de reproducción asistida, este estado hormonal se intenta conseguir con medicación para preparar el endometrio.

Las causas que pueden provocar un fallo de implantación son varias. Las más habituales son cuestiones anatómicas y endometriales. En casos de maternidad tardía el factor genético también tiene un peso más importante en un posible fallo de implantación. Una alteración hormonal también puede afectar, debido a que dificulta conseguir el estado ideal del endometrio para recibir al embrión, así como la intolerancia, por ejemplo, al gluten.

Para poder detectar estos problemas que pueden provocar un fallo de implantación, hay que asegurar la normalidad de los cariotipos de los miembros de la pareja  (o únicamente de la mujer, si no tiene pareja), así como profundizar el estudio endometrial a través de una histeroscopia, una biopsia de endometrio para verificar una correcta presencia de flora favorable a la implantación y ausencia de gérmenes patógenos adversos; así como un test ERA (Endometrial Receptivity Array) para fiscalizar asincronías en la ventana de implantación endometrial. En el caso que el problema sea del hombre, se puede complementar el estudio seminal con un test de Fragmentación del ADN espermático, y/o con un test FISH (o un estudio de Meiosis) para despistaje de aneuploidías espermáticas anormales.

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